El desayuno es el alimento más importante del día y sin embargo muchas veces lo obvia. Las personas no tienen conciencia de los cambios que se producen al interior del cuerpo al ingerir el desayuno. Durante la noche pasamos varias horas sin alimentarnos, estamos en un estado de ayuno y reposo, nuestro cuerpo y funciones corporales están en reposo y nuestra tasa metabólica se reduce al mínimo porque se está realizando la reparación.
Al despertar, nuestra tasa metabólica está baja y necesitamos activarla. El metabolismo es como un acelerador y el desayuno sería el arrancador del motor. Si no tomamos desayuno nuestro metabolismo continuará en bajada y si se trata de un niño que debe ir a la escuela hay que pensar que no tendrá energías.
Un desayuno adecuado debe tener todos los nutrientes, una fuente de carbohidratos que debe ser un cereal integral de preferencia, proteínas que pueden ser un huevo, leche, queso, jamón incluso y vitaminas y minerales que pueden venir en un jugo de frutas o una ensalada de frutas. Está demostrado que aquellas personas que salen de casa sin desayuno tienen un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, tienen una menor productividad y los niños no prestan atención y presentan problemas en la memoria y la conducta.
El yogurt puede ser sustituto de la leche, tiene unas bacterias benéficas que ayudan a reponer las bacterias intestinales, no hay problema que sea envasado. Para los niños puede ser entero pero para los adultos se puede optar por uno bajo en grasas. La leche de soya es un muy buen alimento y también se puede consumir y si la preocupación es la búsqueda de una fuente de calcio, se puede complementar con huevos.
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Desayune como un rey, coma como un príncipe y cene como un mendigo
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